sábado, 23 de abril de 2016

Frio por dentro.

La lluvia cae.
La lluvia cae y escucho como cada gota se precipita contra cada superficie.
El ruido me desconcentra.
Afuera los arboles se mecen lenta y armoniosamente.
La lluvia empapa todo cuanto toca. Y el frio arremete.
Toco el cristal de la ventana y veo las gotas correr del otro lado.
El frio no me deja.
La lluvia me eclipsa por completo y no puedo dejar de mirar como el agua cae desde tan alto y llega a estrellarse contra el suelo.
Hace años atrás el invierno era una estación feliz, mas cálida incluso que el mismo verano.
Hace años el invierno significaba tantas cosas que hoy ya no existen. Calor, amor, brazos rodeandome por completo. No había lluvia que pudiera contra eso. No había frio que amenazara tanto abrigo. Tanto amor.

Mis manos están entumecidas. Mi piel se resiente y mi cuerpo se pliega sobre si mismo intentando entrar en calor.
No lo logra.
Hace mucho tiempo que mis manos se enfriaron.
Si tan solo hubiera sido eso
Siento mi corazón como un bloque de hielo.
Nunca me había sentido tan sola.


lunes, 18 de abril de 2016

Depression

Pensé que estaba todo bien, normal, controlado.
Hoy desperté y me di cuenta que mi vida volvió a sumirse en la oscuridad.
Me siento ingenua.
por qué siempre pienso que todo se ajustará? por que siquiera pienso que tengo chance de alcanzar un poco de felicidad? Cómo puedo tener tanta esperanza. Cómo puedo ser tan crédula.
A pesar de que lucho día a día para esconder mi inestabilidad, mi mente se encarga de mostrarmela de las peores formas. No tengo escapatoria. No hay salida en el laberinto infinito de mi alma.
Culpo a la vida de este vacío insondable. Culpo a mi mala estrella de posicionarme en este desvarío.
Siento que ya no puedo mas. He luchado meses y ya no tengo fuerzas para seguir fingiendo sonrisas cuando lo único que quiero es deshacerme de esta pobre existencia y caer el el dulce sopor de la inconsciencia.
Me está costando vivir.
No quiero pelear contra lo que siento. No quiero seguir levantándome. El vacío en el que estoy apenas mojándome los dedos me llama, dulce, dulcemente me invita a sumergirme en el, a dejar todo y perderme en su profundidad. Cuanto quisiera abandonarme en sus brazos,  sentir el frío que me congela desde dentro ya no como un aviso de soledad sino como un estado permanente.
Quiero rendirme ante El reino de la angustia. Se que ahí encontraré mi lugar. Es ahí donde se moverme con facilidad,  si conozco cada calle, cada casa, cada camino.

He de volver ahí. Hasta que pase el invierno.